Conciertos
BOS 07
Abono Temático "Europa"
Concerto de Navidad
Erik Nielsen, director
Mirjam Mesak, soprano
Sofia Pavone, mezzosoprano
Richard Cox, tenor
Milan Siljanov, bajo y narrador
Coral de Bilbao (Enrique Azurza, director)
Arnold Schönberg (1874 – 1951): 9:00
Un superviviente de Varsovia, op. 46*
Milan Siljanov, bajo y narrador
Coral de Bilbao (Enrique zurza, director)
Ludwig van Beethoven (1770 – 1827): 1:05:00
Sinfonía nº 9 en Re menor 0p. 125 «Coral»
I. Allegro ma non troppo, un poco maestoso
II. Molto vivace
III. Adagio molto e cantabile
IV. Presto – Allegro assai – Allegro assai vivace
Mirjam Mesak, soprano
Sofia Pavone, mezzosoprano
Richard Cox, tenor
Milan Siljanov, bajo y narrador
Coral de Bilbao (Enrique Azurza, director)
*Premera vez por la BOS
Dur: 80´(aprox.)
FECHAS
- 19 de diciembre de 2019 Palacio Euskalduna 19:30 h. Comprar Entradas
- 20 de diciembre de 2019 Palacio Euskalduna 19:30 h. Comprar Entradas
Venta de abonos, a partír del 24 de junio.
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Y LA LUZ SE HIZO
Toda mi obra proviene de la Novena Sinfonía de Beethoven.
R. Wagner
¿Qué hacer cuando el éxito se presenta de manera inesperada, al final de la vida? En el estreno en 1948 de Un
superviviente de Varsovia, Kurt Frederick al frente de la Albuquerque Civic Symphony Orchestra, lo tuvo claro: repetir íntegramente la obra. Y no pensemos que se debió a que el público de Nuevo México pudiera ser de aplauso fácil: apenas dos años más tarde una vaca sagrada como Dimitri Mitropoulos se vio obligado a hacer lo mismo ante el entusiasmo mostrado por el exigente público de la Orquesta Filarmónica de Nueva York.
El éxito era para un compositor no acostumbrado a tenerlo, Arnold Schönberg. Y el hecho de que lo obtuviera siendo fiel al sistema dodecafónico, nos enseña que la capacidad de conmover es independiente del lenguaje utilizado, y tiene más que ver con el contenido. En este caso el contenido era mercancía altamente inflamable. El compositor vienés, exiliado en California, recrea una escena en el gueto judío de Varsovia. El narrador, con la técnica del sprechgesang (canto hablado) describe un tumulto en el que los soldados nazis conducen a una multitud de personas a las que acaban golpeando hasta casi la muerte. En medio del caos, se alza el canto de los hombres entonando la oración hebrea Shemá Israel. Trece días le costó a Schonberg dar forma a este breve y estremecedor relato musical que inmediatamente se convirtió en un símbolo de la denuncia contra las atrocidades del nazismo.
Sobre este escenario en ruinas, sin hacer pausa, la 9ª sinfonía de Beethoven se desliza en nuestros oídos de hoy como un bálsamo purificador. Oídos de hoy, porque quizás a un ciudadano francés de los años 40 le trajera recuerdos de un joven Karajan dirigiendo la obra a mayor gloria del Tercer Reich, en un París ocupado. Cosas de la apropiación cultural y sus símbolos. Tratemos de imaginar por nuestra parte el efecto que sobre cada uno de nosotros habría supuesto asistir al Kärnthertor-Theater de Viena el 7 de mayo de 1824, atraídos por la nueva y esperada sinfonía (habían pasado 11 años desde la anterior) del genio del momento. Probablemente habríamos salido del teatro desconcertados, tal vez irritados por la longitud tan poco habitual de los movimientos, tal vez seducidos por la grandeza del mensaje. Lo que es seguro es que
hace 195 años nuestra mente estaría libre de las asociaciones de las que nos cuesta hoy desligar el significado de esta música. El poder de estos pentagramas de sugerir sensaciones extramusicales (en realidad, toda la música lo hace) se ha convertido, en este caso más que en otros, en una herencia de la que difícilmente puede prescindir quien acude hoy a su escucha.
Todo el acervo acumulado por nuestra costumbre de mirar hacia el pasado en materia musical, más que de ser testigos de nuestro presente, nos ha permitido conocer y asimilar buena parte de lo que se ha compuesto desde aquel lejano 1824. Así, las innovaciones formales que tanto debieron desconcertar a aquel público, no son para nosotros sino una cara más de la tradición. No debe hacernos esto olvidar, sin embargo, el enorme poder visionario de Beethoven, su capacidad para abrir puertas a partir de la expresión sincera de un creador en estado puro. Repasemos brevemente lo que más pudo sorprender al oyente de entonces. Por una parte, la idea de incorporar a lo sinfónico el lenguaje vocal era una novedad relativa, tanto en Beethoven (ya lo había hecho, ensayando además la melodía de la Oda a la Alegría, en la Fantasía en do menor para piano, coro y orquesta en 1808) como en otros compositores (la Sinfonía de la Batalla de Peter von Winter, o Vinzenz Maschek), pero la amplitud del canto, su expresión épica, marcó un territorio en el que sólo mucho más tarde Gustav Mahler intentará morar. Por otra parte, Beethoven anticipa la ruptura con el sistema formal clásico, ese que está vinculado a la forma sonata, sustituyéndolo por unos tipos de desarrollo que sólo rinden cuenta a la particular voluntad de su creador. Ludwig nos lleva de la mano. Tantos años después, el camino sigue siendo fascinante y, como pasa con las obras tocadas por el genio, sigue guardando alguna sorpresa en cada nueva escucha.
Ante este panorama, conviene abstraerse de oscuros análisis musicales y será mejor jugar a adivinar la intención poética que subyace detrás de cada movimiento. Quizás estuvo muy clara en Beethoven, pero no tanto en quienes le interpretaron. Robert Schumann comentó al respecto: “Parece como si en la obra se combinaran todas las formas de poesía. En el primer movimiento, la épica; en el segundo, la humorística; en el tercero, la lírica; en el cuarto -la combinación de todos ellos- el drama”. Y más adelante, “la sinfonía cuenta la historia de la creación del hombre: primero el caos, después la orden divina hágase la luz, a continuación el sol elevándose sobre el primer hombre, que está encantado con tal resplandor, en suma, se trata del primer capítulo completo del Pentateúco”. Otra interpretación más habitual sugiere que el primer movimiento es el Destino y la gestación del orden del Universo; el segundo es la exuberancia y la energía física; el tercero es el Amor; y el cuarto, aquí no hay duda, la Fraternidad y la Alegría. Sea como fuere, este desarrollo poético-filosófico es la causa del increíble movimiento final, ese mosaico formado por 940 compases en los que se distinguen al menos 12 secciones bien diferenciadas. Estos 25 minutos, quizás los más célebres de la historia de la música, funcionan a un mismo tiempo como resumen de la obra (Beethoven va despachando los temas de los anteriores movimientos hasta la aceptación del motivo coral, presentado por la cuerda grave) y como definitivo paso adelante que incorpora lo dramático al mundo de la sinfonía.
Es empresa imposible hacer con las palabras justicia a la belleza de la música. Exige la prudencia ser breves y dejar a ésta que hable su propio lenguaje. Más en este caso, en el que la trascendencia del mensaje y el enorme aliento épico que la recorre, han convertido a esta sinfonía en una obra de referencia absoluta en la historia del arte occidental.
B. P.
Mirjam Mesak, soprano
La soprano estonia Mirjam Mesak nació en 1990 en Tallin y se graduó en 2006 en la Escuela de Música de Tallin bajo la tutela de Heli Taar. Recibió su licenciatura con honores en canto de la Guildhall School of Music & Drama bajo la tutela del profesor Rudolf Piernay. Desde la temporada 2018/19 es miembro del Opera Studio en la Bayerische Staatsoper de Munich.
Mirjam ha trabajado con los mejores cantantes y formadores, entre ellos Helmut Deutch, Graham Johnson, Edith Wiens, Birgitta Fassbender, Eugene Asti, Julius Drake, Stephan Loges. Ha actuado como solista en las mejores salas de conciertos de Londres, como el Barbican Hall, el Milton Court Concert Hall (incluido como parte del festival This is Rattle de LSO)y Wigmore Hall.
Entre sus recientes compromisos se incluyen Mimi (La Bohéme) con la Clonter Opera e Iolanta (Iolanta), Papagena (Die Zauberflöte), Erste Geist / Erste Uhr (Karl V) y Blumenmädchen en el Bayerische Staatsoper, por nombrar algunos.
La temporada 2019/20 en el Bayerische Staatsoper incluye papeles como Juliette (Die Tote Stadt), Taumannchen (Hänsel und Gretel), Esmeralda (Die verkaufte Braut), Xenia (Borid Godunov), Mignon (Mignon) y Gianetta (L’elisir d ‘amore). En concierto participará en la 9ª de Beethoven con la Orquesta Sinfónica de Nuremberg y Kahchun Wong.
Los estudios de Mirjam fueron generosamente apoyados por Help Musicians UK, Fondo de Estudiantes de Estonia y Guildhall School Trust. En 2019 fue premiada con el Premio de Arte Bávaro en la sección de Artes Escénicas (Bayerische Kunstdörderpreis en Der Sparte Darstellende Kunst).
Sofia Pavone, mezzosoprano
La mezzosoprano italio-alemana Sofia Pavone completó sus estudios con Hedwig Fassbender en Frankfurt. Fue becada por la Sociedad Richard Wagner de Colonia y la Sociedad Frankfurt Bach, asistió a clases magistrales con Brigitte Fassbaender, Ramón Vargas y Magreet Honig y recientemente ganó el Primer premio en el Concours International de Chant Lyrique de Canari, Córcega.
Su amplio repertorio en concierto incluye obras de compositores desde el renacimiento a la música contemporánea, con actuaciones, entre otros, en la Tonhalle Zürich, Muziekgebouw Amsterdam, Casino Basel, Goethehaus Frankfurt y Laeiszhalle Hamburg.
Ha sido invitada por varios teatros de ópera en Alemania, como por ejemplo, Münster, Aachen, Gießen y Frankfurt Opera.
Como miembro del proyecto de jóvenes cantantes «OperAvenir» del Teatro Basilea, ha interpretado, entre otros, los roles de Dritte Dame (Zauberflöte), Lucienne (Die tote Stadt), Sélysette (Ariane et Barbe Bleue) y la Sra. Alexander
( Satyagraha).
Sofía Pavone debutó en Francia como Antonia (Tiefland) en el Théâtre du Capitole (Toulouse), antes de regresar a Basilea como Erste Magd (Elektra) y a Gießen como Dryade (Ariadne auf Naxos).
Recientemente ha interpretado el papel de Arielle en el estreno mundial de 7 Minuti – Consiglio di fabbrica de Giorgio Battistelli en la Opéra National de Lorraine (Nancy).
Richard Cox, tenor
El tenor americano Richard Cox posee una voz notable que combina cualidades líricas y heroicas, adecuada tanto para la ópera como para el concierto y los recitales.
Richard Cox ha actuado en los escenarios de The Metropolitan Opera, Washington National Opera Minnesota Opera, Chicago Opera Theater, North Carolina Opera, Des Moines Metro Opera, Lyric Opera of Chicago, Los Angeles Opera, New Orleans Opera, Opera San Jose, Glimmerglass Festival, Wexford Festival, Sächsische Staatsoper Dresden, Palau de la Música de València y Teatro Municipal de Santiago de Chile. Ha formado parte del elenco de la Opera Frankfurt, donde participó en varias producciones.
Richard Cox también ha actuado con la Orquesta Sinfónica de Chicago, la Sinfónica de Seattle, la Orquesta Sinfónica Nacional, la Sinfónica de Phoenix, la Orquesta de San Lucas en el Carnegie Hall, el Festival de Música de Colorado, la Orquesta de Cámara I Musici de Montreal y el Festival Britt.
Richard Cox ha sido becado por la George London Foundation, Sullivan Foundation, Opera Index Inc., Olga Forrai Foundation, Licia Albanese-Puccini Foundation y la Shoshana Foundation. Completó sus estudios en la TennesseeTechnological University, Florida State University, y la Juilliard School.
Milan Siljanov, baxua eta narratzailea / bajo y narrador
Milan Siljanov es actualmente miembro del Programa de Jóvenes Artistas de la Bayerische Staatsoper.. Artista de Samling, estudió en la Guildhall School of Music & Drama (curso de ópera) bajo la tutela del profesor Rudolf Piernay. Es el ganador del prestigioso concurso internacional Wigmore Hall / Kohn Foundation Intsernational Song competition en Londres en 2015.
Sus compromisos recientes incluyen a Adriana Lecouvreur de Cilea en el Festival Verbier bajo la batuta de Valery Gergiev, la Sinfonía n.º 9 de Beethoven con la Orchestre de Chambre de Lausanne con Joshua Weilerstein y la Misa Nelson de Haydn con la Orchestre National de Lyon dirigida por Omer Meir Wellber.
Los aspectos más destacados de las últimas temporadas incluyen Winterreise en el Cambridge Music Festival, la Misa Nelson de Haydn en la Staatskapelle Dresden bajo la batuta de Omer Meir Wellber y recitales en el Oxford Lieder Festival y Wigmore Hall con el pianista Nino Chokhonelidze.
En su primera temporada en la Bayerische Staatsoper, Milan interpretará el papel de Antonio en Le nozze di Figaro,Nachtwächter en Die Meistersinger von Nürnberg, Čekunov en From the House of the Dead, Montano en Otello, Peter Besenbinder en Hänsel und Gretel, Sprecher en Die Zauberflöte, Schaunard en La bohème y Ein Cappadocier en Salome.
Coral de Bilbao (Enrique Azurza, director)
Creada en 1886, la Sociedad Coral de Bilbao ha consolidado un gran prestigio con destacados maestros que han dirigido sus coros a lo largo de sus más de ciento treinta años de historia. La institución agrupa a tres coros —adultos, jóvenes y niños—, un centro de enseñanza musical y una red de coros escolares y sociales, con más de mil personas que participan en este proyecto. Desde el 2016, Enrique Azurza es su director artístico. Formada por más de cien componentes, la Sociedad Coral de Bilbao ha cantado con la práctica totalidad de las orquestas españolas, así como con las principales orquestas internacionales. Además de su trayectoria fuera del territorio, la coral siempre ha prestado una especial atención al trabajo de los compositores vascos y es una agrupación habitual en la escena local. Su estrecha relación con la BOS ha
favorecido actuaciones como el War Requiem de Britten producido por Calixto Bieto y el espectáculo I hate music de Bernstein en el Teatro Arriaga, el ballet sinfónico-coral Zorba el Griego con el Ballet Nacional de la Ópera de Turquía e Igor Yebra en el Bilbao Arena durante el evento inaugural de Fair Saturday, la apertura anual del Festival Musika-música, además de los clásicos Mesías de la Caixa y los conciertos de Navidad.
Erik Nielsen, director
Un superviviente de Varsovia, Op. 46
Arnold Schoenberg
NARRADOR
No recuerdo todos los detalles. Debí
estar inconsciente la mayor parte del
tiempo.
Sólo recuerdo el grandioso momento en
el que todos cantaron, como si estuviera
ensayado, la antigua plegaria olvidada
durante tantos años. ¡El antiguo Credo!
Pero no tengo idea de cómo pude acabar
viviendo en las alcantarillas de Varsovia
durante tanto tiempo.
El día empezó como siempre: Toque de
diana, todavía de noche. “¡Fuera!”
Aunque hubieras podido dormir, presa
del miedo. Habías sido separado de tus
hijos, tu mujer, tus padres. No sabías qué
había sido de ellos… ¿Cómo ibas a
poder dormir así?
Otra vez las trompetas – “¡Salid rápido, el
sargento se enfurecerá!” Iban saliendo;
algunos muy despacio, los viejos, los
enfermos; otros nerviosamente. Temían al
sargento. Corrían como podían. ¡En vano!
¡Tanto ruido y conmoción! ¡Pero no lo
bastante rápido! El sargento grita:
“¡Atención! ¡Quietos! ¡Volved a empezar!
¿Os ayudo con la culata de mi rifle? ¡Lo
estáis deseando!”
El sargento y los soldados golpeaban a
todo el mundo: joven o viejo, fuerte o
débil, lento, culpable o inocente …
Era doloroso oír los gritos y los
gemidos…
Pude oírlo aunque fui golpeado muy
fuerte, tanto que caí al suelo. Los que
caímos al suelo fuimos golpeados en la
cabeza…
Quedé inconsciente… Lo siguiente que
recuerdo es un soldado diciendo: “¡Están
todos muertos!”
Entonces el sargento ordenó deshacerse
de nosotros.
Ahí quedé semiconsciente. Todo estaba
muy tranquilo – miedo y dolor. Entonces
oí al sargento gritar: “¡Contadlos!“
Empezaron despacio y entrecortado:
Uno, dos, tres, cuatro – “¡Atención!” gritó
el sargento. “¡Más deprisa! ¡empezad de
nuevo! ¡En un minuto quiero saber a
cuántos vamos a mandar a la cámara de
gas! ¡Contad!”
Empezaron de nuevo, al principio
despacio: uno, dos, tres, cuatro, cada vez
más rápido, tanto que al final pareció una
estampida de caballos salvajes, y de
repente, en medio de todo, empezaron a
cantar “Shema Yisroel”.
CORO
¡Escucha, Israel! el Señor es nuestro Dios
y es Uno.
Y estas palabras que os dicto debéis
guardarlas en vuestros corazones.
Las enseñaréis a vuestros hijos, y
hablaréis de ellas en vuestros hogares y
en vuestros viajes, cuando os acostéis y
cuando os levantéis.
Sinfonía nº 9 en re menor Op. 125 “Coral”
L. van Beethoven
Johann Christoph Friedrich von Schiller
Oda a la Alegría
¡Oh, amigos, no con esos acentos!
¡Entonemos cantos placenteros y plenos
de alegría!
¡Alegría, hermosa chispa de los dioses
hija del elíseo!
¡Ebrios de ardor penetramos,
diosa celeste, en tu santuario!
Tu hechizo vuelve a unir
lo que el mundo había separado,
todos los hombres se vuelven hermanos
allí donde se posa tu ala suave.
Quien haya alcanzado la fortuna
de poseer la amistad de un amigo,
quien haya conquistado a una mujer
deleitable una su júbilo al nuestro.
Sí, quien pueda llamar suya aunque
sólo sea a un alma sobre la Tierra
Y quien no pueda hacerlo,
que se aleje llorando de esta hermandad.
Todos los seres beben la alegría
en el seno de la naturaleza,
todos, los buenos y los malos,
siguen su camino de rosas.
Nos dio ósculos y pámpanos
y un fiel amigo hasta la muerte.
Al gusano se le concedió placer
y al querubín estar ante Dios.
Gozosos, como los astros que recorren
los grandiosos espacios celestes,
transitad, hermanos, por vuestro camino,
alegremente, como el héroe hacia la
victoria.
¡Abrazaos, criaturas innumerables!
¡Que ese beso alcance al mundo entero!
¡Hermanos!, sobre la bóveda estrellada
tiene que vivir un Padre amoroso.
¿No vislumbras, oh mundo,
a tu Creador?
Búscalo sobre la bóveda estrellada.
Allí, sobre las estrellas, debe vivir.
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