Conciertos

TEMPORADA BOS 6

La llamada del destino


Palacio Euskalduna.   20:00 h.

D. Shostakovich: Sinfonía de cámara op. 110a
P.I. Tchaikovsky: Sinfonía nº 5

Günter Neuhold, zuzendaria/director

FECHAS

  • 10 de diciembre de 2009       Palacio Euskalduna      20:00 h.
  • 11 de diciembre de 2009       Palacio Euskalduna      20:00 h.

Conoce aquí todas las ventajas de ser abonado de la BOS

Mercedes Albaina

CON EL CORAZÓN EN LA MANO

Así se nos presentan las dos almas musicales con quienes compartimos esta tarde de concierto. Shostakovich mostrando su sufrimiento por el mundo que le rodeaba, complicado y amargo y Tchaikovsky sublimando su vida interior, no menos atormentada y compleja. Sus lenguajes son diferentes y, sin embargo, ambos utilizan un procedimiento común: vertebrar el discurso musical con un elemento que le dé coherencia.

En el caso de la Sinfonía de Cámara Op. 110a este elemento es un “motivo” creado a partir de la musicalización de cuatro letras del nombre de su mentor, Dmitri SostakoviCH. Este motivo-monograma corresponde, según la notación alemana, a las notas Re (D) Mi bemol (S) Do (C) Si (H). Dicho diseño musical transportará a lo largo de la composición el espíritu de su dueño.

Dmitri Shostakovich (1906-1975) tuvo una vida contradictoria y ambivalente, cargada de honores y amarguras. Músico básico de la “Rusia soviética”, varias veces “premio Stalin”, fue obligado por el propio dictador, en 1948, a controlar su creatividad al ser acusado de “formalismo burgués”. Esta limitación duró por fuerza hasta 1953 (año en que murió Stalin).

Manifestó desde muy niño un magnífico talento para la música. Su madre le enseñó a tocar el piano y era capaz de interpretar con este instrumento obras orquestales simultáneamente a su lectura. Su memoria prodigiosa y su oído absoluto le permitían conocer el más mínimo detalle de una partitura de un vistazo… Y el entusiasmo por la escritura se adueñó de él: “No puedo vivir sin componer”. Esta pasión queda reflejada en un lenguaje que recurre a registros instrumentales extremos, a veces con exagerados saltos en una melodía extensa, lírica, meditativa y sentimental. En otras ocasiones utiliza como mecanismo expresionista, esquemas rítmicos incesantemente repetidos. Le gusta también jugar con cambios en la textura, pasando de la densidad a la transparencia, con líneas musicales unas veces compactas, otras separadas.

La citada Sinfonía de cámara tiene su punto de partida en el Cuarteto de cuerda nº 8 en do menor, escrito por Shostakovich en el breve espacio de tres días (¡asombrosos talento y oficio!) durante un viaje que el compositor realizó a Dresden en 1960. La desoladora visión de las huellas de los bombardeos de la II Guerra Mundial, causó un gran impacto en el músico que dedicó la obra “a las  victimas  del fascismo y la guerra". Pero además (según recuerdos de su hija Galina), al concluirla Shostakovich dijo: " Me dedico esta obra a mi mismo".

En cualquier caso su “firma”, como queda dicho, recorre la partitura. Hay, además, varias citas de algunas de sus composiciones.

Rudolph Barshai (nacido en 1924), director de orquesta y magnífico intérprete de viola, actuó en su juventud, entre otros, junto a David Oistrakh, Sviatoslav Richter, Emil Gilels, Mstislav Rostropovich, Yehudi Menuhin y el propio Shostakovich. Con este último estudió composición y, sin duda, sus enseñanzas le sirvieron para hacer el arreglo musical, para orquesta de cuerda, del cuarteto nº 8 de su maestro.

La Sinfonía de cámara Op. 110a  (al igual que el cuarteto de cuerda del que parte) está articulada en cinco movimientos, tres de los cuales llevan la indicación “Largo”. La obra está pensada para ser escuchada sin pausa. El color de la familia de los instrumentos de cuerda es suficiente para crear un mundo de tensiones y pesares, humor amargo e intenso sentido lírico.

Esta composición es testimonio de la excelente habilidad de Shostakovich (corroborada por Barshai) para establecer una atmósfera emocional profunda, humana y conmovedora, en un puñado de compases.

Por otro lado, el elemento musical que recorre la Sinfonía nº 5 en mi menor de Tchaikovsky es un tema (conocido como “tema del destino”) que contribuye a dar cohesión a la obra y que reconocemos, desde su presentación al inicio, en cada uno de los cuatro movimientos.

Exponente inigualable del esplendor romántico, Tchaikovsky consideraba la sinfonía como un universo en el que distribuir sus afectos, pasiones, sufrimientos, alegrías… su mundo interior al completo. El mismo describe su genio creador: “Me parece que estoy verdaderamente dotado de la facultad de expresar con música (de manera verídica, sincera y sencilla) sentimientos, estados de ánimo e imágenes. En este sentido soy realista y un hombre esencialmente ruso”. En otra ocasión deja escrito: “¿No es cierto que la sinfonía debe expresar todas aquellas cosas que las palabras no pueden decir y que se refugian en el corazón clamando por salir de nosotros?”

¡Qué bien explican estas frases la dimensión dramático-teatral de su música sinfónica!

Con esa intención y de manera rebosante, su paleta de colores tímbricos se pone al servicio de un exhibicionismo de sentimientos que representa el fin de una era.
 
La música de Tchaikovsky vehicula sin reservas sus efusiones líricas, emotivas, melancólicas, soñadoras, desbordantes o intimistas. Todo llevado al límite. Pero sin menosprecio de la belleza.

Su orquestación, apoyada en su desarrolladísima sensibilidad estética ofrece sonidos originales en cada cambio de textura. Su fantasía musical, adquiere un amplio vuelo y nutre su exquisita invención melódica. No en vano, el profundo sentido de lo bello acompañó a Tchaikovsky desde muy niño. Fue  cultivado con esmero y floreció en una imaginación brillante.

P.I. Tchaikovsky (1840-1893), nació y vivió en la Rusia imperial de los Romanov, en el seno de una familia acomodada, amante de la música y la literatura. Su educación temprana, esencialmente francesa, estuvo influida por su institutriz suiza, que apoyó las inclinaciones de su pupilo y futuro compositor hacia la música, la poesía y las artes en general. Más tarde, su contacto con el recién creado Conservatorio de San Petersburgo y con la Sociedad Musical Rusa de Moscú (después también Conservatorio), favorecerían el desarrollo de su talento y la eclosión de cierto carácter popular en su música. Exquisita combinación que mantuvo siempre: cosmopolitismo refinado y alma rusa.

Incluso la dificultad que él mismo se atribuía en cuanto a la organización del discurso musical (“Siempre me ha preocupado mi incapacidad para dotar a mi música de una perfecta estructura formal. Solo el trabajo tenaz me ha permitido, finalmente, alcanzar una forma que, hasta cierto punto, corresponde al contenido”) es síntoma inequívoco de un lenguaje, el romántico, que desborda los moldes heredados. En otras ocasiones manifestó: “En todo lo que compongo encuentro faltas que cualquier crítico mediano podría advertir fácilmente. No puedo hacer nada para evitarlas”. ¿Las escuchan ustedes? (¡benditas faltas!).
En cualquier caso, esta vivencia de escasez de “aptitud formal”, unida a su imperiosa necesidad de expresión, dan como resultado que la unidad y coherencia de su obra estén sujeta a una especie de guión, en este caso al “tema del destino”.

La Sinfonía nº5 en mi menor Op 64 de Tchaikovsky fue compuesta en 1888, época en la que el compositor aún contaba con el apoyo epistolar y financiero de Nadieschda von Meck, acaudalada viuda con cuya sensibilidad e inclinación hacia la obra de Tchaikovsky está en deuda el mundo de la música.

Aunque esta no es una sinfonía “programática” al uso (no hay una intención explícita de que el auditorio siga un guión extramusical al tiempo que suena la música), existen unas ideas que el compositor escribió en  su cuaderno de notas mientras componía. Son estas:

“1º Movimiento: Introducción: resignación total ante el destino, ante lo inescrutable de la providencia. Allegro: dudas, lamentos, reproches, quejas…
2º Movimiento: ¿No valdría más arrojarse en brazos de la fe? El programa es excelente, solo si consigo realizarlo”.

¡Que magnífico destino disfrutar de la Música! Con el corazón en la mano… y los oídos atentos.

Mercedes Albaina

Tchaikovsky y Shostakovich reflejan en estas obras dos caras de la misma moneda: la música como expresión íntima de los anhelos del alma. Shostakovich dedicó su cuarteto para cuerda nº 8 "a las víctimas del fascismo y la guerra", y Rodolf Barshai, el violista del legendario cuarteto Borodin, lo transcribió para orquesta de cuerda dando lugar la Sinfonía de cámara op. 110a. En su Quinta sinfonía, Tchaikovsky cede a la idea beethoveniana de la llamada del destino para terminar preguntándose: “¿No valdría más entregarse por completo a la fe?"

Info covid

Agenda de eventos

Lu
Ma
Mi
Ju
Vi
Sa
Do

Eventos relacionados

Temporada 2023-2024
25 - 26
Abr
2024
>Erik Nielsen dirige Una vida de héroe

Erik Nielsen dirige Una vida de héroe

Lugar: Palacio Euskalduna

Ein Heldenleben es una obra de director. Fue dirigida por el propio Richard Strauss en su estreno, aunque estuviera dedicada a otro gran director, Mengelberg y su Orquesta del Concertgebouw. Este colosal poema sinfónico es la pieza elegida por Nielsen en su último concierto como titular en temporada. Otras dos piezas emblemáticas, de Schönberg y Saint-Saëns, con la presencia del carismático Alexandre Kantorow completan un programa en el que todo es importante.


Charla preconcierto
26/04/2024 • 18:00 • Euskalduna. Sala 5H Terraza


Erik Nielsen, director
Alexandre Kantorow, piano


I

ARNOLD SCHOENBERG (1874 – 1951)

Cinco piezas para orquesta Op. 16 (rev. 1949) *

I. Vorgefühle
II. Vergangenes
III. Farben
IV. Peripetie
V. Das obligate Rezitativ

CAMILLE SAINT-SAËNS (1835 – 1921)

Concierto nº 5 para piano y orquesta en Fa Mayor Op. 103 «Egipcio»*

I. Allegro animato
II. Andante
III. Molto allegro

Alexandre Kantorow, piano

II

RICHARD STRAUSS (1864 – 1949)

Ein Heldenleben Op. 40

El héroe [Der Held] (attacca)
Los adversarios del héroe [Des Helden Widersacher] (attacca)
El campo de batalla del héroe [Des Helden Walstatt ] (attacca)
Las obras de paz del héroe [Des Helden Friedenswerke] (attacca)
La retirada del mundo y la consumacion del héroe [Des Helden Weltflucht und Vollendung]

Información y entradas
Temporada 2023-2024
16 - 17
May
2024
>Héroes y Diablos en la voz de Tim Mead

Héroes y Diablos en la voz de Tim Mead

Lugar: Palacio Euskalduna

El barroco fue una época favorable a los excesos y a la representación de los extremos. El contratenor asumió a menudo el papel de héroe en personajes como Giulio Cesare u Orlando, que escucharemos en la magnífica voz de Tim Mead, mientras la figura del diablo era sugerida con contrastes dinámicos y súbitas disonancias, como sucede en Leclair y Boccherini. Todo ello en este interesante programa propuesto por Pedro Gandía, durante dos décadas director artístico de la Orquesta Barroca de Sevilla y uno de nuestros grandes especialistas en este periodo.

BOSbaroque

Obras y arias para contratenor de Leclair, Händel, Vivaldi, Geminiani y Boccherini

Tim Mead, contratenor
Pedro Gandía, concertino director

Información y entradas
Temporada 2023-2024
06 - 07
Jun
2024
>Slatkin y los hermanos Jussen

Slatkin y los hermanos Jussen

Lugar: Palacio Euskalduna

La experiencia de Leonard Slatkin al servicio de la arrolladora juventud de los hermanos Jussen en nuestro programa de clausura. Todos ellos conocidos por nuestro público tras el éxito de sus anteriores conciertos, y ante repertorios altamente inAamables: el referente de los conciertos para dos pianos (una obra de carácter fraternal, pues Mozart la escribió para tocarla con su hermana Nannerl), y la rotunda 1ª Sinfonía de Brahms.

S. Barber: Overture to The school for scandal
W. A. Mozart: Concierto para dos pianos y orquesta en Mi b Mayor, KV. 365
J. Brahms: Sinfonía nº 1 en do menor, Op. 68

Lucas & Arthur Jussen, dúo de pianos
Leonard Slatkin, director

Información y entradas
Temporada 2023-2024
29
Abr
2024
>Cámara 08

Cámara 08

Lugar: Palacio Euskalduna


I

Quinteto con piano BOS

Laura Delgado, violín
María Díaz Caneja, violín
Lander Etxebarria, viola
Teresa Valente, violonchelo
Itxaso Sainz de la Maza, piano

ALFRED SCHNITTKE (1935)

Quinteto con piano

I. Moderato (attacca)
II. Tempo di Valse (attacca)
III. Andante (attacca)
IV. Lento (attacca)
V. Moderato pastorale

II

Ensemble de cuerda BOS

Giulia Lucrezia Brinckmeier, violín
Laura Delgado, violín
David García, violín
Samuel García, violín
Lila Carolina Vivas, violín
Pablo Val, violín
Iñigo Grimal, violín
María Díaz-Caneja, violín
Isabel Aragón, viola
Juan Cuenca, viola
Diego Val, violonchelo
Jaime Puerta, violonchelo
Gabriel José León, contrabajo

ALFRED SCHNITTKE (1934 – 1998)

Moz-Art à la Haydn

Ensemble de cuerda y viento BOS

Luis Fernando Núñez, trompa
Estefanía Beceiro, trompa
Giulia Lucrezia Brinckmeier, violín
David García, violín
Samuel García, violín
Laura Delgado, violín
Lila Carolina Vivas, violín
María Díaz-Caneja, violín
Isabel Aragón, viola
Juan Cuenca, viola
Diego Val, violonchelo
Jaime Puerta, violonchelo

WOLFGANG AMADEUS MOZART (1833 – 1897)

Una broma musical en Fa Mayor K. 522

I. Allegro
II. Menuetto (Maestoso) – Trio
III. Adagio cantabile
IV. Presto

Información y entradas