Conciertos
TEMPORADA BOS 7
La Creación
F.J. Haydn: La Creación
Raquel Lojendio, sopranoa/soprano
Agustín Prunell-Friend, tenorra/tenor
Josep Miquel Ramón, baxua/bajo
Coro Andra Mari de Errenteria (zuzendaria/director, J.M. Tife)
Antoni Ros Marbá, zuzendaria/director
FECHAS
- 17 de diciembre de 2009 Palacio Euskalduna 20:00 h.
- 18 de diciembre de 2009 Palacio Euskalduna 20:00 h.
Venta de abonos, a partír del 24 de junio.
Venta de entradas, a partir del 16 de septiembre.
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La Creación
Fue el empresario Johann Peter Salomon quien sugirió a Joseph Haydn que compusiera la historia de la Creación divina en un gran oratorio, con un texto de T. Linley. Haydn había marchado por primera vez a Inglaterra, en 1791, pero aún no sabía bien el lenguaje inglés. Eso sí, escuchó allá oratorios de Händel. Se dice que el músico no estaba muy convencido con el texto en idioma inglés para La Creación (Die Schöpfung y The Creation) y se cuenta que en cuanto volvió él a Viena el barón Freiherr van Swieten le declaró: “Haydn, nosotros querríamos comprender bien un oratorio suyo”. Así, Swieten le ofreció una traducción en alemán del texto inglés. Se dice gracias a ello que Haydn entonces estuvo escribiendo el oratorio en dos años. Por ejemplo, se ha escrito acerca de la labor de esta obra que el compositor y organista J. G. Albrechtsberger escribió a su discípulo Beethoven que Haydn le había comentado que estaba trabajando sobre un gran oratorio denominado Die Schöpfung. Lo cierto es que, después de vivir bastantes años con los príncipes Esterházy, una familia húngara que se dice que era con dinero y poder en su época y que gustaba dar impulso a la música clásica. Pero al morir en 1790 Nicolás Esterházy, su sucesor no tenía apenas ningún interés por la música por lo que despidió a la orquesta de su palacio así como jubiló a Haydn. Con tal motivo, aceptó la oferta del ya citado J. P. Salomon, empresario musical alemán que vivía en Londres, para viajar a Inglaterra y dirigir sus nuevas sinfonías con una gran orquesta. Fue Haydn a Londres entre enero de 1791 a julio de 1792 para dirigir sus nuevas sinfonías con una gran orquesta así como luego volvería al país británico, de febrero de 1794 hasta agosto de 1795. Tras marchar de lo de Esterházy había decidió el músico vivir en sus últimos años en Viena, donde comenzó a componer misas y dos grandes oratorios como son ésta La Creación y luego Las Estaciones (1801), este último basado en el poema del escocés James Thomson.
Sobre La Creación, su primera audición se realizaría en el domicilio del príncipe austríaco Karl Philipp zu Schwarzenberg el 30 de abril de 1798 y la primera ejecución pública tuvo lugar luego el 19 de marzo de 1799 en el Burgtheater (Teatro Real), donde se dice que dirigió a 400 músicos, obteniendo un inmenso éxito. Luego, la primera edición de esta obra sería hecha en París, en febrero de 1800. Se publicó en alemán e inglés. Acerca de la obra autógrafa, se dice que se desaparecería en la venta de la biblioteca musical de la herencia del barón Van Swieten en 1804. Pero se ha mantenido la escritura de la obra y en la actualidad se posee por ejemplo la importancia de la edición realizada por Mandyczewski para la editorial Breitkopf & Härtel, de 1924.
Como explica el reconocido biógrafo haydiniano Marc Vignal, el libreto original inglés estaba inspirado esencialmente en la Biblia (en el Génesis y los Salmos) y también en parte de la obra El Paraíso perdido de Milton. Se dice que en su traducción y adaptación Van Swieten le siguió tanto por la estructura global como por la selección y el ritmo de las palabras y los sesgos de las frases.
Como se sabe, los textos en las tres partes de este oratorio están consagrados respectivamente a los elementos, a los animales y al hombre, en el paraíso terrestre. El tema discurre en los seis días de la creación y se comenta que en el séptimo el creador Dios descansó. Los solistas de la obra personifican a los arcángeles Gabriel (soprano), Uriel (tenor) y Raphael (bajo) y luego en la tercera parte aparecen dos humanos: Adan (bajo) y Eva (soprano). Como indica el ya citado Marc Vignal, ellos poseen un reparto en cierta suerte de la función del texto (recitado) del antiguo oratorio italiano Il Ritorno di Tobia, donde los solistas estaban siempre como personajes activos. También dice que en la actualidad La Creación se ejecuta con cinco solistas, pero que en el tiempo de Haydn no interpretaban más que tres solistas.
La tonalidad principal es en Do (mayor y menor), pero la obra se termina en si bemol. La primera parte es firmemente en Do, en su inicio (“Chaos”) en do menor, pero luego en Do mayor ya en “Und es Ward Licht” y para acabar con el coro y solistas, etc. Luego hay otros momentos en do menor, etc. así como el Hombre hará en Si bemol, el último coro será en do y el último dúo de Adán y Eva en Mi bemol.
Este oratorio mantiene una gran sensibilidad en sus partes. La primera parte se inicia con la Introducción “La representación del Caos”, un largo en do menor a 2/2. Este “Caos” se abre con una unidad fuerte de la nota do con todos los instrumentos: 2 flautas, 2 oboes, 2 clarinetes, 2 bajos, contrabajos, 2 cornos, 2 trompetas, 3 trombones, timbales y cuerdas. Tras los 58 compases orquestales comienza el recitativo de Rafael y luego llega el coro, tras lo que el tenor Uriel finaliza esta Introducción con recitativo.
El segundo número es un aria con coro, en Andante, en La mayor, que luego sigue con un Allegro moderato, en el que interpreta también el coro, con Uriel. Tras ello, viene un recitativo de Rafael, que tras su primera frase sigue con un Allegro assai. El n. 4 es un solo de Gabriel con el coro, en Allegro. Los n. 5 y 6 pertenecen a Rafael, con un recitativo y luego con un aria en Allegro assai, de cierta longitud. Tras esto, dos números, 7 y 8, de Gabriel, recitativo y aria, ésta en Andante. El 9 es un breve recitativo de Uriel y el 10 es un Vivace para el coro. Llegan luego dos recitativos de Uriel, números 11 y 12. Tras ello con los solistas Gabriel, Uriel y Rafael junto con el coro bien el n. 13, de bastante extensión que inicia con un Allegro y sigue luego con el Piú Allegro, y se concluye con ello la primera parte del oratorio.
Comienza la segunda parte con un recitativo y un aria en moderato, de Gabriel. Tras ello el n. 16 y 17, dos recitativos de Rafael. Llega el n. 18 con un terceto en moderato por Gabriel, Uriel y Rafael. Y seguirá este terceto solista con el coro en Vivace, n. 19. A continuación dos recitativos de Rafael, en diversos movimientos, tras lo que vendrá un aria, en Maestoso n. 22, de este personaje. Después, recitativo y aria en andante de Uriel (23 y 24). Tras un breve recitativo de Rafael llega el coro, en n. 26, en Vivace. El siguiente número es un terceto con estos tres solistas, tras lo que luego es el coro, en Vivace, n. 28, que finaliza esta segunda parte.
En la tercera parte se inicia en Largo un recitativo por Uriel, tras viene luego un duetto con Eva y Adán y el coro, n. 30, en Adagio, que resulta una parte de las más largas de este oratorio. Tras ello viene el recitativo de Adam y el dueto de éste y de Eva, que comienza en Adagio y finaliza en Allegro. Tras ello es el breve n. 33, recitativo de Uriel, tras lo que llega el denominado “Schlubchor (mit Soli), coro y solistas, con comienzo en Andante y luego continuando en Allegro. Es el final del oratorio.
Se han hecho muchos comentarios sobre esta obra haydiniana. Por ejemplo, la profesora musical bonaerense Patricia C. Pouchulu ha escrito sobre La Creación que se trata de una “obra sintetizadora en cuanto al espíritu de la época y en lo que se refiere al arte musical propiamente dicho, marca al mismo tiempo un deseo de perfección en la forma, a través del equilibrio y de la belleza que se aprecia claramente en los pasajes sinfónico-corales y de conjunto, en la construcción de cada parte de la obra así como en la arquitectura de la obra en plenitud”. Asimismo, expresa que la introducción orquestal, por ejemplo, está escrita de manera sorprendente y moderna para su época.
Otros musicólogos, por ejemplo, hablan de la introducción en Mi mayor de la tercera parte en la que la orquesta evoca bien con un color especial el amanecer del paraíso terrenal, en la que actuarán Adán y Eva.
En este año, 2009, es el bicentenario de la muerte de F. J. Haydn, quien falleció el 31 de mayo a los 77 años tras larga enfermedad. Precisamente el oratorio La Creación se ha ido programando en este año en bastantes países del mundo.
J. A. Z.
Haydn acudió a la forma del oratorio casi al final de su vida, cuando descubrió con admiración en Londres los oratorios de Haendel. A resultas de esta experiencia decidió afrontar un ambicioso libreto basado en El paraíso perdido de Milton, que dio origen a la obra que posiblemente más fama le haya reportado. Ofrecemos La Creación en nuestro concierto de Navidad, como homenaje al compositor en el bicentenario de su muerte.
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